La perspectiva crediticia de las empresas brasileñas en 2017 se mantiene negativa, con la expectativa de que los flujos de caja operativos no repunten hasta 2018, según informa un reporte de Fitch Ratings. Tanto la calificación como la perspectiva del sector son negativas.
“Los resultados del primer semestre de 2017 deberían ser relativamente débiles, mientras la demanda agregada permanece frágil debido a una débil actividad económica, bajos ratios de utilización de la capacidad, un fuerte endeudamiento de los hogares y restricciones en la tasa de interés efectiva y en el crédito”, comenta Debora Jalles, directora en Fitch Ratings.
“Las condiciones del mercado de crédito necesitan mejorar para evitar una nueva ola de rebajas en las calificaciones crediticias. Durante los últimos 18 meses, unos menores flujos de caja operativos han erosionado la liquidez de las empresas brasileñas, elevando los riesgos de refinanciación”.
Fitch espera que el apalancamiento se mantenga moderadamente alto durante 2017. Las principales variables que habrá que vigilar en 2017 son la capacidad del gobierno para aprobar medidas fiscales, las tendencias macroeconómicas, y las líneas de crédito disponibles.
El escándalo Lava Jato y otras investigaciones de corrupción siguen siendo un riesgo para las empresas brasileñas. Varias de las investigaciones continúan en marcha y algunos de los acuerdos de lenidad están siendo discutidos de nuevo. El alto nivel de incertidumbre en torno a al tamaño de la multa y el horizonte temporal en el que se tendrá que realizar el pago sigue siendo una preocupación.