Estados Unidos está viviendo el ciclo económico más largo de su historia. A pesar de esto, si comparamos su tasa de crecimiento medio con la registrada en las expansiones anteriores, también pasará a la historia por ser un ciclo que ha tenido un menor crecimiento, un 2,"% de media frente al 4,2% que viene mostrando históricamente. En parte esto se debe a que la economía estadounidense sigue destacando gracias a una demanda interna firme y sostenida, pese a que el contexto de crecimiento global sigue frenando esta dinámica.
La fortaleza del mercado laboral estadounidense y un crecimiento leve, aunque positivo en las rentas personales siguen alimentando el crecimiento del PIB. "Además las repetidas insinuaciones de la Reserva Federal, acerca de que a día de hoy está dispuesta a asistir a una aceleración de la inflación de hasta el 2% o incluso por encima de esta cota, antes de plantearse nuevas medidas de ajuste, garantizan implícitamente que la política monetaria continuará siendo favorable durante bastante tiempo", añde Adrien Pichoud, economista jefe de SYZ AM.
Según Ignacio Fuertes Aguirre, socio fundador y director de gestión de Rentamarkets, la excesiva duración del ciclo actual, unida a un crecimiento anémico, ha llevado a los inversores a predecir un fin de ciclo más pronto que tarde. Eso se ha visto reflejado en el aplanamiento de la curva de tipos, y en especial entre los diferenciales de dos y diez años. Sin embargo, ¿es posible que esta vez el mercado se esté adelantando a predecir una recesión por estos motivos?
“El uso de la política monetaria como herramienta anticíclica, inyectando liquidez al sistema, tiene un doble efecto en ciclos económicos. Por un lado, alarga las expansiones al reducir la volatilidad dada la baja percepción del riesgo, pero por otro lado evita la purga del sistema: de este modo aumentan no solamente las valoraciones, sino también el apalancamiento de la economía. En este entorno los inversores se vuelven excesivamente dependientes de estas políticas expansivas, las cuales consideran necesarias para una prolongación del ciclo, y esto produce a su vez un efecto recíproco en el Banco Central, que las considera indispensables para mantener la confianza”, apunta.
Durante estos años de ciclo, desde Unigestion destacan que estamos ante la primera vez en la historia moderna que todas las principales clases de activos han avanzado simultáneamente a niveles de récord. Uno de los principales impulsores de estas revalorizaciones ha sido el objetivo de la Fed de mantener estos activos estables mediante una política monetaria que pueda generar el “efecto riqueza”. Además, considera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado sistemáticamente el mercado como un método para medir el éxito de sus políticas económicas. La consecuencia de todo es que se haya desarrollado el mercado alcista más largo registrado nunca en un contexto de expansión económica más débil y unos niveles de deuda extraordinariamente altos. Este “rally” se alimenta “de políticas monetarias y fiscales llevadas al límite”, según estos expertos.
“El principal riesgo para este rally es que muera por un crecimiento más débil al esperado o por una inflación acelerada. De ahí a que estén monitoreando constantemente esos riesgos. Actualmente, los indicadores macro estarían brindando “algo de comodidad”, ya que muestran que la economía global se está expandiendo en conjunto con poco riesgo de un desajuste de la inflación”, afirman los analistas de Unigestion.
Según destaca Philippe Waechter, Chief Economist at Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM, los analistas están preocupados porque la curva de rendimientos de Estados Unidos está completamente invertida. “Cabe señalar que la inversión de la curva ya no refleja un efecto de compresión resultante del aumento de la tasa de la Fed como se esperaba el otoño pasado, sino un efecto de las malas expectativas para el futuro. La presión sobre la Reserva Federal apunta a que se evitará que una reducción de la actividad en año electoral, al igual que la presión sobre China. Pero si él falla, no le faltarán chivos expiatorios. Jay Powell, presidente de la Fed, estará en primera fila, pero también probablemente Xi Jinping, el presidente chino que no habrá aportado toda la buena voluntad necesaria para llegar a un acuerdo con Estados Unidos”, afirma Waechter.
En este contexto, DWS tiene claro cuáles son los riesgos para que el ciclo no se agote: “Los riesgos de mercado incluyen el alto nivel de valoración de ciertos bonos corporativos, los signos de fatiga en el consumo privado en los Estados Unidos y la amenaza a la independencia de los bancos centrales”. El estratega jefe de inversiones de DWS apunta a un escalada en el conflicto entre Estados Unidos, por un lado, e Irán y Corea del Norte, por otro, como imponderables políticos. El déficit presupuestario italiano también podría estar nuevamente en la agenda después de las vacaciones de verano. Y finalmente, los conflictos comerciales continúan persistiendo. El mundo sigue esperando un acuerdo entre Estados Unidos y China. México ya se rindió, después de convertirse en el primer país amenazado con aranceles punitivos para mejorar la seguridad fronteriza.
Con este contexto de fondo, la geopolítica podría erosionar más la confianza de los mercados y el crecimiento económico, y como consecuencia precipitar el fin del ciclo.