Conforme los mercados de renta variable cayeron y la volatilidad aumentó en los meses finales de 2018, los profesionales financieros españoles mostraron una falta de consenso con respecto a las perspectivas del mercado, esto llevó a retocar sus carteras de forma diferente a como se afirmó en estudios anteriores. Según se desprende de los resultados del informe Barómetro Global de Carteras, realizado por el Departamento de Consultoría y Análisis de Carteras de Natixis Investment Managers con los datos de 31 carteras de perfil moderado proporcionados por VDOS, los movimientos en el último trimestre del año también podrían explicar las divergencias entre las asignaciones previstas y las realmente ejecutadas. Mientras que los esfuerzos para disminuir el riesgo no pudieron evitar la entrada en territorio negativo con la caída de los mercados a nivel global, se espera que continúe un alejamiento de los activos de más riesgo hasta 2019, dado el clima de incertidumbre actual.
Asimismo, el Barómetro Global de Carteras reveló que los fondos multiactivos no brindaron la diversificación prevista y, en lugar de eso, mostraron correlaciones elevadas con las carteras de los asesores. Esto sugiere que los fondos multiactivos replicaron en gran medida lo que los propios asesores estaban haciendo.
Juan José González de Paz, consultor senior en el equipo de Dynamic Solutions de Natixis Investment Managers, señaló: “Es natural que los inversores busquen refugio frente a la volatilidad de los mercados diversificando las carteras, pero de nuestro análisis se desprende que en 2018 la mayoría de los fondos multiactivos se quedaron a medias y en su mayor parte no consiguieron diversificar, lo que contribuyó a las pérdidas de las carteras”.
“Nuestras conclusiones revelan que los inversores necesitan realmente hacer un análisis más minucioso a la hora de escoger un fondo multiactivo y asegurarse de que el fondo está en sintonía con su objetivo de inversión. Dentro de este análisis previo se debería verificar la correlación del fondo con sus carteras actuales, así como con los bonos y las acciones, para asegurarse de que mejorarán el perfil de riesgo y la rentabilidad de la cartera”.
En su continuo esfuerzo por proporcionar a los asesores con datos objetivos para fundamentar las decisiones de inversión para afianzar las decisiones de inversión dentro de la realidad del mercado, la división Natixis Portfolio Clarity de Natixis Investment Managers analiza más de 1.000 carteras cada año, su informe Portfolio Barometer para España es una recopilación de datos de 31 carteras moderadas analizadas en los seis meses de julio a diciembre de 2018. En el informe Global Portfolio Barometer se muestra la información extraída a partir de la evaluación de una muestra de 421 carteras modelos y sus decisiones en asignación de activos a nivel global. Las carteras tienen un perfil de riesgo moderado o equilibrado y corresponden a siete países o regiones diferentes: Francia, Alemania, Italia, América Latina, Reino Unido y Estados Unidos, para mostrar una perspectiva global en las decisiones de asignación de activos.
En el caso de España, los retoques introducidos en las carteras durante el año se guiaron por las rentabilidades conseguidas durante los meses anteriores. Según las conclusiones extraídas a partir del informe Global Portfolio Barometer, esto es debido a un menor consenso entre los inversores en torno a las perspectivas del mercado. Las rentabilidades pasadas y el aumento de la incertidumbre también podrían explicar la mayor divergencia entre lo que los inversores han hecho (aumentar el peso de la renta variable estadounidense) y lo que dijeron que iban a hacer (aumentar el peso de Europa y los mercados emergentes).
En las carteras de riesgo moderado, el principal cambio de 2018 fue el recorte de la renta fija de mayor riesgo y los fondos multiactivos conservadores. En general, la inquietud en torno a la renta fija de mayor riesgo ha aumentado claramente, especialmente en la deuda corporativa de menor calificación.
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Los movimientos en la asignación
Con una pérdida del 5,9%, la muestra de carteras españolas de riesgo moderado analizadas por el informe Portfolio Barometer, fue la que peor rendimiento obtuvo entre las regiones evaluadas. La fuerte asignación a renta variable en las carteras de riesgo moderado de España, con un 48%, fue algo superior a la asignación de otras carteras modelo europeas, situándose por encima de la asignación de Italia, con un 23%, la asignación de Francia, con un 29%, la asignación de Alemania, con un 40%, y por debajo de Reino Unido, con un 55%.
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La renta variable realizó la mayor contribución a las rentabilidades negativas en todas las regiones, con un coste de entre el 3% y el 5% de media, excepto en Italia, donde los asesores tenían unas asignaciones a renta variable mucho más bajas.
Los asesores de España, Francia y Alemania asignan una amplia porción de su renta variable al mercado bursátil europeo y una proporción menor a la renta variable global o estadounidense. En 2018, las acciones europeas experimentaron un rendimiento inferior a las acciones globales y las estadounidense en un 10% y un 5% respectivamente, esto ha causado que las acciones europeas sean el principal detractor del rendimiento de estas carteras.
Mientras que la asignación en renta fija española iguala a la asignación alemana, con un 31%, ambas superan las asignaciones de Francia y Reino Unido, con un 19% y un 18% respectivamente. Sin embargo, las carteras modelo italianas se presentan algo más defensivas con una asignación del 39%.
Por último, la asignación a multiactivos de las carteras moderadas españolas fue mucho menor a la media europea, asignando solo un 8%, frente al 29% asignado por las carteras francesas, el 19% de las italianas, el 12% de las alemanas. Situándose tan solo por encima del 7% asignado por Reino Unido.
Los fondos multiactivos realizaron la segunda mayor detracción y costaron entre un 0,5% y un 2% de media, lo que afectó especialmente a Francia, donde estos fondos han gozado tradicionalmente de una gran aceptación.
Las inversiones alternativas, como los inmuebles y los futuros gestionados, resistieron mejor la volatilidad que las clases de activos tradicionales, pero aun así su contribución a la evolución de las carteras fue escasa en el mejor de los casos debido a su pobre comportamiento y a las bajas exposiciones. Los activos reales aportaron poco excepto en el Reino Unido, donde los fondos inmobiliarios realizaron contribuciones positivas a las carteras.