Esta última semana de enero está siendo muy intensa para los bancos centrales. El lunes se reunía el Banco de la República de Colombia, el martes lo hacía el Banco Nacional de Hungría y los dos últimos días del mes le toca el turno al Banco de la Reserva Federal de los Estados. En un año caracterizado, en principio, por la vuelta a la normalidad de las políticas monetarias, el mercado y los inversores miran con lupa las decisiones de la Fed ya que es la pionera en marcar el camino hacia esa normalización.
Un camino que se traduce en subidas del tipos, el último de ellos el pasado 13 de diciembre, cuando incrementó los tipos 0,25 puntos porcentuales hasta el 1,25%. De cara a la reunión de mañana, el mercado no espera grandes anuncios en parte porque será la última reunión de Janet Yellen al frente de la institución.
“Tras el alza de 25 puntos básicos de los tipos de los fondos federales en diciembre, no se esperan anuncios específicos en la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Sin embargo, es interesante analizar el telón de fondo de la Reserva Federal a medida que nos adentramos en el 2018”, apunta Franck Dixmier, director de renta fija de Allianz Global Investors.
En su opinión, el anticipado ciclo de subida de tipos ha sido tenido en cuenta por los mercados aún más en las últimas semanas, en marcado contraste con la impermeabilidad de los mismos a las indicaciones (forward guidance) más duras de la Fed en el pasado. “Los inversores ahora parecen estar anticipando al menos tres subidas durante 2018, dada la situación económica más optimista, tanto en términos de crecimiento como de inflación, confirmada por el aumento de las perspectivas de inflación en las últimas semanas”, explica Dixmier.
En la misma línea, el equipo de inversiones de Imdi Funds, cree que la Reserva Federal no tiene urgencia para actuar y, al igual que el Banco Central Europeo, puede esperar a la actualización de sus previsiones en marzo antes de dar cualquier nuevo paso. Por tanto, esperan que el encuentro de mañana no deparare sorpresas y que se caracterice por un tono continuista sin desmarcarse de lo apuntado con anterioridad. “Mañana asistiremos a una reunión de transición, en un año en el que las sorpresas serán al alza sobre los precios y salarios en Estados Unidos, haciendo más desafiantes los movimientos de la Fed con la mirada también puesta en los equilibrios de los mercados financieros. Sin cambios de calado en el escenario y después de subir tipos y dar un paso más en el ajuste del balance en diciembre, creemos que la Reserva Federal no tienen prisa por endurecer su política en enero. Además, el reciente incremento del PCE central en diciembre hasta 1,524% a. servirá de apoyo a la Reserva Federal para que mañana ratifique su hoja de ruta”, señalan.
Relevo en la FED
Mientras tanto, el sucesor de Janet Yellen, Jerome Powell, asumirá el cargo a principios de febrero. Según Dixmier, será interesante ver si el nuevo presidente de la Fed está dispuesto a abrir el debate sobre el “posible abandono del objetivo de inflación”, que algunos consideran demasiado estricto.
“En el contexto reciente de datos de inflación decepcionantemente bajos, atribuibles a factores puntuales o a causas más estructurales, la lógica de mantener un objetivo demasiado rígido puede ponerse en tela de juicio”, afirma Dixmier. De hecho, si bien fue diseñado para proporcionar una mayor transparencia y, por lo tanto, una orientación más clara sobre las perspectivas, el objetivo de inflación puede haber, efectivamente, opacado la interpretación del mercado sobre las intenciones de la Fed.
El día que el Senado confirmó a Jerome Powell como presidente de la Fed, el bono estadounidense a 10 años recortaba ligeramente su rentabilidad, descontando que el nuevo dirigente del banco central estadounidense llevará a cabo una policía monetaria continuista.
El equipo de inversiones de Imdi Funds atribuye el efecto que este nombramiento ha tenido en la rentabilidad de los bonos del Tesoro a la continuidad de una gradual disminución de la liquidez: “Recientemente el bono del Tesoro a diez años rompía la barrera de 2,70% y daba señales de que los inversores ya dan por sentado el endurecimiento paulatino de la estrategia de la Fed (aunque ésta no haga nada en la reunión del miércoles, sí va a seguir restando generosidad en lo que queda de año). Este aumento, así como los acontecidos en la deuda alemana, responden a la visión global de los mercados hacia un escenario marcado por una menor laxitud de la política monetaria, el cual se ve respaldado por la mejora de los datos a nivel global. Asimismo, las ventas de la deuda pública estarían muy vinculadas con el mayor apetito por el riesgo de los inversores y con un S&P 500 que no deja de romper máximos históricos”.
El efecto en el tipo de cambio
Los niveles actuales del tipo de cambio euro - dólar no son preocupantes para la competitividad de las empresas de la Eurozona. Según apuntan desde Imdi Funds, los últimos movimientos podrían interpretarse, desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo, como un ajuste, desde una situación de importante sobrevaloración relativa del dólar con respecto al euro, hasta una situación que se podría considerar más “neutral”. “Los movimientos de las divisas obedecen, fundamentalmente, a flujos y suelen tener un importante componente técnico. En ese sentido, las divisas cotizan normalmente en bandas muy amplias, con respecto a sus niveles “neutrales”, por lo que no es descartable que el euro - dólar rompa el 1,25 en el corto plazo. Más allá de eso, ya todo serían conjeturas”, concluyen.