Para las mujeres que no se sienten tan confiadas en la gestión de sus finanzas, la cuestión no es la capacidad. Más bien, es la falta de exposición al tipo de información –y los tipos de conversaciones– que hablan de sus propios desafíos financieros. Las mujeres son perfectamente capaces de ser inversores inteligentes y reflexivas planificadoras. Pero cuando hablamos de la seguridad financiera se trata de una espada de doble filo.
Las mujeres viven más tiempo que los hombres, por lo que necesitan ahorrar para un periodo de jubilación más largo y para los gastos de atención médica. Sin embargo, a menudo terminan ahorrando menos porque pierden su salario cuando se toman tiempo libre para cuidar a sus hijos o padres ancianos. En realidad, esta es una oportunidad para los asesores de profundizar en las preocupaciones financieras de las mujeres y adaptar la conversación para abordarlas.
Es cierto que la confianza puede ser un problema, tal y como demuestra la encuesta de planificación del patrimonio de 2017 –elaborada por MFS–, en la que el 41% de las mujeres afirman no poder abordar adecuadamente sus preocupaciones financieras. Pero lo que más importa son las consecuencias de esa falta de confianza. Una es la tendencia de las mujeres a preocuparse más por lo que no pueden controlar.
En nuestra encuesta, el 65% de las mujeres están preocupadas por el aumento de los costes de la atención médica, el 54% por la inestabilidad política y el 53% por un recorte en sus beneficios del Seguro Social. Una falta de confianza también puede hacer que las mujeres pospongan la jubilación hasta que se sienten cómodas con el equilibrio de sus programas de ahorro (401 (k) en Estados Unidos), lo que lastra el programa de beneficios de su empleador, ya que están permaneciendo en su plan de salud más tiempo como trabajadoras de más edad.
Las mujeres están preocupadas por la atención médica porque viven más tiempo y por lo tanto tienen que pagar gastos durante un periodo más largo de su vida.
El clave es que algunas cuestiones financieras son únicas para las mujeres. Así que es aquí donde los asesores necesitan tener esas conversaciones difíciles y por lo general inexploradas con sus clientes femeninas. Considere el diálogo de ahorro para la jubilación que podría tener con una mujer que ha dejado el trabajo o está pensando en ello, ya sea para cuidar a los niños o padres de edad avanzada, porque la alternativa - la guardería - es demasiado cara. Sí, los tiempos han cambiado, pero las mujeres siguen siendo, con más frecuencia, los cuidadores de facto.
Lo que estas mujeres podrían no haber tenido en cuenta es que si dejan el trabajo, dejan de contribuir a su plan de jubilación patrocinado por el empleador, y esto podrían poner en peligro la seguridad de jubilación. El daño potencial es muy real.
No es que este control de la realidad tenga que cambiar la decisión de una mujer de dejar el trabajo para cuidar a sus hijos. Pero si las mujeres son conscientes del impacto potencial y aprenden la importancia de seguir ahorrando y compaginando incluso pequeñas cantidades, podrían apuntalar sus finanzas desde el principio. Tal vez eso signifique ahorrar más o maximizar su plan de jubilación patrocinado por el empleador mientras puedan hacerlo. En cualquier caso, el resultado final es un ahorro para la jubilación potencialmente más sustancial.
Tener estas conversaciones es tanto una oportunidad para ayudar a las mujeres inversoras a aprender más acerca de la inversión–que es lo que el 70% de los encuestados dicen querer hacer– y una oportunidad para profundizar las relaciones de asesoramiento. No existe un papel "tradicional" para las mujeres. Y aunque las mujeres en cada generación tienen sus diferencias, todavía no podemos generalizar acerca de sus desafíos financieros. Son situaciones individuales y lo que necesita un asesor es conocer a sus clientas, entender sus puntos débiles y orientar cuidadosamente su asesoramiento para resolver estos problemas.
Las mujeres inversoras son inteligentes y saben cuándo pedir ayuda. En nuestra encuesta, el 57% de las mujeres que trabajan actualmente con asesores dicen que acudirían a él para obtener más ayuda en los próximos años. Como asesor, ¿está preparado?
Jenine Garrelick es financial advisor y senior managing director de Internal Sales en MFS.